La tercera abuela
- Leidy Ruiz
- 5 jul 2018
- 3 Min. de lectura
Hace algunos días tuve una conversación; de esas que la gente no tiene filtro, de las que tus respuestas son sarcásticas, sin embargo no entienden, de esas que optas por quedarte callada, pero es tanto la insistiera que terminas contestando mal, de esas que tu mejor respuesta es… después hablamos, saludes.
“Ah no Leidy, de vos ya no queda nada… ¿verdad? Conteste.
Me di cuenta que no trabajas… Si eso dicen, susurre
¿Cómo haces?... Dios no manda cosas con las que uno, no sea capaz.
¿Y estas haciendo ejercicio? eso ayuda a desestrezarse, o el yoga también es muy bueno…. ¿me ve estresada?... Para el estrés, hago el amor.
¿Todo el día son así?... mmm, que tal que cambiaran.
¿Quién te ayuda, sos sola?... nos soy sola, los tengo a ellos o me va ayudar usted
¿Tus hijos tienen abuelas?... si gracias a Dios tiene tres, pero las abuelas son para alcahuetear, no para criar.
¿Cómo así que tienen tres?... Mi suegra, mi mamá y Adri, la esposa de mi papá.
¿La esposa de tu papá? ella no es abuela... No será, la tuya; pero la de mis hijos sí… hablamos después, saludes.” Dios permita que nunca me la vuelva a encontrar.
El día que conocí a Adri, estaba con mi hermano Jhony y también conocí a Naty mi hermana; ese día nos enfocamos en Naty porque era y sigue siendo hermosa; ese día también me di cuenta que el amor entre mis padres, ya quedaba poco. Desde ese día han sido varios interrogantes, todos con una respuesta, que se da con los años. No la veo como la madrastra del cuento de hadas, no niego que hubo celos, pero solo con el tiempo y la madurez entiendes que las cosas no son siempre como lo quieres y deseas, que siempre se debe velar es por ser feliz. Y soy feliz, porque mi papá, la escogió a ella para envejecer juntos.

Cuando pequeña contaba que tenía madrastra, siempre terminaba peleando, porque me decían miles de formas para hacerle daño, pues en los cuentos de hadas siempre son las malas, y sed de venganza, pero en este cuento no. Y si en algún momento pude haberla hecho sentir mal, ofrezco mis disculpas.
Hubo tiempo que me le aleje de mi papá, y estoy segura que no fue por ella, fue más por él. Adri, siempre ha sido amable, respetuosa y me ha tolerado y sé que no es fácil.
También hubo un tiempo, donde ir a la casa de mi papá, era un parche, íbamos mis primos y primas, y nunca hubo una mala cara, un comentario por su parte; antes era alcahueta, nos reíamos y ahí era donde entendía que ella era mi amiga; muchas personas nunca entendieron eso, he tenido varios problemas con la gente, porque la quiero, admiro y respeto.
No pretendo que la gente cambie de parecer, pero si pretendo que la gente empiece a respetar, la forma de pensar y sentir de los demás, no todos somos iguales, no a todos nos corre el mismo veneno por las venas, no todos vemos lo malo de los demás, si algo me enseño mi mamá es a respetar y a entender las diferencias, y si, puede ser raro que sea feliz con la familia de mi papá, que es mi familia, y puede sonar raro que mis hijos tienen tres abuelas, suena raro que confió plenamente en la esposa de mi papá, para cuidar a mis hijos, cuando debo salir, y suena raro que la respete y que la admire como madre y esposa; puede sonar raro muchas cosas, pero agradezco enormemente que forma parte de mi familia, que ame mis hijos, que sean sus nietos, que este orgullosa de ellos, que se preocupe y que los abrace cada que tiene la oportunidad.

Pero lo más chimba de Adri, es ese amor que tiene por mis hijos, me hace entender que aunque no soy su hija, mis hijos son sus nietos; y sé que ese amor es puro, lo veo en la sonrisa que sale en su rostro cada que los ve, cuando le chupa los ojos, los carga y por supuesto cuando los abraza, mucha gente no entiende el sentimiento que tengo por Adriana, muchos no están de acuerdo con lo que pienso y siento, pero ¿Saben qué?, me importa un… porque ella, es la que escogió mi papá para formar un hogar que admiro mucho, gracias a ella tengo hermanos, gracias a ella tengo otra familia, gracias a ella puedo encontrar un apoyo, gracias a Dios y a la vida, porque tenemos la oportunidad de tenerla como abuela. Adri, gracias por aceptarlos como tus nietos.
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