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La aventura de ser familia



Cuando eres niño creemos que los malos de nuestro cuento son los adultos, porque quieren que hagamos las cosas como ellos desean. Era muy complicado entenderlos, fueron muchos episodios que no logre entender en su momento, pero ahora como mujer adulta quisiera devolver el tiempo, para no cometer las imprudencias y cerrar un poco más la boca; porque la realidad era que no sabía por los momentos que estaba pasando mi familia.


Para los que me conocen un poco saben que mi familia es la más divertida del mundo, es numerosa y llena de defectos como todas, sin embargo es la más unida. Por ser tantas personas, hubo problemas, risas, amores y desamores; y aún continúan. Pero cada vez que crecía entendía un poco la aventura de ser familia; los secretos de adultos, las ocurrencias de los niños, y tantas cosas que me hacen amarla cada vez más.


Hace seis años decidí formar mi propia familia, mi esposo logro después de algún tiempo, cortar el cordón umbilical que me ataba a mi familia, sin dejarlos a un lado; solo entendiendo que ya mi núcleo familiar era él y Pablo. Fue muy duro cuando entendí la frase de las tías “Harina de otro costal”. Pero cortar el cordón fue lo que me hizo aprender amarlos; porque antes simplemente estaban allí, ahora es una necesidad verlos, hablarles y quererlos.


Cuando tenía nueve años mi núcleo familiar fue dividido, por razones de adultos, mis padres se separan, y ahí si los vi como los peores papas del mundo, porque me dejaban sin hogar y quedaba sin un padre, fueron años llorando en silencio por la ausencia de un padre, ver como mi mamá sufría, como se sacrificaba por mí. Solo veía en ese momento rabia, dolor, y empecé a creer que todos los hombres eran iguales. Hoy en día amo a mi padre y amo su familia que es mi familia, mis hijos tienen los tíos más condescendientes, amorosos, alcahuetas y por supuesto una tercera abuela que los ama y chupa los ojos cada que puede. Hoy infinitas gracias a Dios porque mis hijos pueden aprovechar una familia más, y después entenderán porque tienen una tercera abuela que los ama.


Cuando estamos lejos de los que amas, aprovechas cada instante que puedes compartir. Hoy en día las historias de los primos cagadas, la pandilla que teníamos cuando éramos unos chinches; son algunos de los mejores recuerdos de nuestra niñez, puedo asegurar que mis primos aman recordar y desearían con el alma que nuestros hijos, puedan al menos hacer la mitad de travesuras que hicimos. Colarse de la chiva, vender floreritos, pelear al bien y al mal, aprovechar cada reunión familiar para interpretar pinocho o simplemente bailar el pelo suelto.


Ahora el montón de chiches que salían a correr y contaban historias de miedo en la finca del abuelo, somos padres dando cada uno la mejor versión de sí mismo, aun amamos reunirnos, nos reímos hasta muchas veces llorar, me recuerdan lo fastidiosa, odiosa y malgeniada que era, no mucho ha cambiado, pero me he dado cuenta en estos 31 años que me quieren tal cual soy.


Por la falta que hacen los abuelos, las tías han pasado a ser el eje de la familia, cada una convertida en abuela, cual de todas más alcahueta y entregada. Nos han enseñado que por muy diferentes que seamos tenemos que respetarnos, y sobretodo estar ahí siempre. Con la enfermedad de mi mamá, he descubierto lo tiernos que son mis primos, esos hombres fuertes que han mostrado ser siempre, con la llegada de los mellizos, vi el amor que me tenían mis primas porque estaban conmigo todo el día canguriandolos y trasmitiéndoles todo el amor posible para que crecieran. Con cada episodio triste que sucede mi familia, la Ocampo, se hace más fuerte y se une cada vez más. Y es ahí cuando rectifico y con orgullo digo que mi familia es la mejor del mundo. Mi familia me ha enseñado que:

  • El bulling es necesario para aprender a vivir

  • Son más divertidos los apodos que los nombres

  • Que las risas nos hace olvidar el dolor

  • El respeto es lo más importante

  • Amar a pesar de las diferencias

  • Mis tías tienen el mismo poder sobre mí, que mi madre

  • Mis primos son mis hermanos

  • Los esposos de mis tías, son mis tíos

  • Comer costilla es más divertido en combo

  • El mejor plato es huevo, con arroz y papas gruesas

  • En la casa que estamos de visita se respeta y se hace lo que el anfitrión diga

  • Buscar parecidos en todas partes

  • Las esposas de mis primos, son mis primas y su hijos ms sobrinos

  • Dar las gracias siempre

  • El escandalo es el que mata

  • No guardarse nada

  • No hay hambre cuando hay familia

  • Todos necesitamos de todos

  • Las enfermedades son más fáciles, cuando se preocupan por ti

  • Es mejor tener primas que amigas

  • No se necesita la misma sangre, para ser familia

  • Aprovechar cada instante para estar juntos

  • En las peores estamos siempre

  • Olvidar es sinónimo de felicidad

  • La plata no es felicidad, tener una familia sí

  • El poder no es sinónimo de felicidad

  • Es mejor chismosear que dormir

  • El cambuche entre más personas, mejor.

Han sido infinidad de cosas que me hacen estar orgullosa de mi familia, agradezco a Dios por cada uno de los miembros de ella, solo puedo orar por ellos y desearles todo el amor y felicidad del mundo. Estar con ellos son ganas de vivir, risas por montones y entender que no estoy sola. Que aunque soy harina de costal, siempre seré una Ocampo.


Si tienes algún malestar con alguien de tu familia, trata de solucionarlo, olvida el orgullo, el miedo, la angustia, el rencor, la rabia, la grandeza y las heridas, porque no sabemos si en la próxima hora es tarde para perdonar y ser perdonado. No sabemos la angustia y las dificultades que se tienen, pero debemos de tratar de estar en familia y recordar que al final, solo nos queda la unión. Y ofrezco disculpas a los que en algún momento ofendí, quizás no entendía la situación. Y como dice mi primo “cada que paso tiempo con mi familia, me enamoro más de ella”.


Mis  Garabatos
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Tres hombres, tres seres únicos e irrepetibles. Cada uno con una personalidad arrolladora.

Cuando teníamos solo a Pablo, creíamos que no podríamos amar igual, pero con la llegada de otros dos, entendimos que el amor sigue intacto por él.

Que Emilio y Joaquín; también tienen un lugar privilegiado en nuestros corazones, y que el amor es tan grande que se puede mil veces multiplicar, sumar, pero nunca dividir.

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