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El hombre que decidí amar


Cuando era pequeña pensaba en cómo sería mi esposo, me lo imaginaba de cabello negro, ojos oscuros, sombra en su barba, muy árabe. Siempre quise tener hijos, y el final de la historia era quedar sola con ellos. Quizás siempre pensé así, porque admiraba y admiro profundamente a mi mamá, por su gran labor que tuvo al criarme; tenía muchos espejos donde veía que la mamá estaba siempre sola con sus hijos, y pensé que mi destino sería igual… aun no puedo cantar victoria, pero sé que con el hombre que tengo a mi lado quiero envejecer.


Hace algunos años, un mono zarco, conquisto mi mundo, al principio fueron muchas dudas, incertidumbres y miedos. No niego que aún los tengo; pero con el tiempo se aprenden a manejar, se esconden detrás de los buenos recuerdos, y en algunos momentos difíciles de la relación, salen de nuevo a vengarse del querer olvidarlos. Pero pesan más las historias y aventuras que hemos construido; la más importante nuestra familia.


A veces siento que no me ama, pero con los años que llevo a su lado, he entendió que si me quiere, sin embargo, él lo hace a su manera, y no a la mía. Tenemos diferentes formas de amar, queremos que por arte de magia, los demás lo entiendan y lo peor, lo hagan como tú quieres. Pero la vida es tan cruel, que justo te pone al lado, la persona que ama de manera totalmente diferente; para un mayor aprendizaje.


Me encanta el tiempo de calidad, necesito sentirme especial todos los días de mi vida, necesito que me susurren a diario que me aman, necesito escenas de celos una vez al año, necesito sentir que se preocupan por mí; siento que soy egoísta en ese sentido; pero sentía que si no hacían al pie de la letra no me quería; sin embargo, el hombre del rincón de mi cama, lo hace a su manera, y a veces no entiendo, pero lo hace. Cuando está conmigo, me prepara la comida, los domingos me prepara el desayuno, y me deja dormir media hora más, mientras esta con el combo; es su manera de decirme que se preocupa por mí, cuando terminamos de hablar por teléfono, me dice que me ama; es su manera de susurrármelo. Sale a diario a las cinco de la mañana para que me pueda quedar con los niños, es su forma de decirme que quiere verme feliz.


A su lado han sido muchos los momentos mágicos, de risas, y mucha felicidad. No niego que hay momentos o situaciones, donde simplemente quiero callar, llorar y salir corriendo, dejarlo, y terminar la historia como la imaginaba cuando era pequeña. Pero tengo motivos suficientes para continuar con esta aventura; es el único que me quiere con pataletas, rabietas y hormonas. Después que se me pasa el alboroto, entiendo que a la tristeza no se le puede demostrar miedo, porque ataca tus recuerdos hermosos e intenta destruirlos. Hoy quisiera pedirle perdón a ese hombre, por mis pataletas, inseguridades y momentos difíciles. Sólo Dios sabe lo que siente mi corazón y solo él sabe que es mi vida, que aunque le reprochó a veces su forma de ser, es el hombre que me desvela y hace que esas mariposas en mi estómago revoloteen de tal manera que parecen elefantes.


Creo que cuando pasamos por un mal momento, solo recordamos lo malo; pero admito que es esos momentos es donde necesitamos más amor, más recuerdos bonitos. A veces herimos sin querer; decimos miles de cosas sin pensar y es una herida al corazón, palabras que nunca se borran. Y es ahí, donde pienso, que debo de seguir luchando por un final feliz, esos donde se hacen viejos juntos o hasta que la muerte los separe.


Todos los que tenemos pareja, y queremos un final de cuentos de hadas; deberíamos de hacernos estas preguntas, cuando la situación está difícil: ¿vale la pena estar mal?, ¿él sabe porque estoy mal?, ¿te ves sin él?, ¿es para tanto?, ¿quieres dejarlo, definitivamente?, ¿estas preparada para ver tu vida sin él?; pienso que cuando hay amor, se puede intentar las veces que sean necesarias para lograr la felicidad. Y es necesario estar mal en la relación, para recordar que la otra persona es tu vida y tu mayor logro. Porque los hijos crecen, se enamoran y se van.


David, me hace enloquecer con su sonrisa, cuando cuenta historias, y cuando me abraza me siento muy protegida; amo sus piernas, y su barba cuando asoma. Él me ha enseñado a amar de verdad, un hombre al que amo un poco más cuando me dice que me ama y finjo que se me olvida para que me lo recuerde a cada instante. Amo cuando le brillan los ojos de amor, por sus hijos, cuando juega con ellos o simplemente los carga para recordarles que los ama. David, es el hombre que logro que mi sueño de ser mamá se hiciera realidad; me enseño que las familias pueden siempre estar unidas, que mamá y papá si se pueden amar hasta viejitos, cada día me muestra un camino de esperanza y felicidad. Por eso lucho a diario para darle motivos, para que se quede y nunca se quiera ir de mi lado; que aunque no soy la mujer perfecta para él, si es la que más lo ama.


El hombre que decidí amar me demostró el amor verdadero, cuando sin importar la hora se levanta a ver que nuestros hijos estén bien, sin reprochar nos ama cada día más y lucha por nuestro bienestar; gracias a ese hombre hoy tengo una familia, no soy la madre soltera la que me imaginaba cuando era niña, ese hombre me demostró que las familias son hermosas, que son lo más importante que tenemos que construir, que la familia es una aventura que vale la pena vivir, y luchar porque nada ni nadie la separe. Hoy tengo la familia con la que en el fondo de mi corazón soñaba, Dios y ese hombre me demostraron que los sueños cuando se cumplen, vienen con ñapa y mi ñapa ha sido tenerlo a mi lado, lo amo; y quiero darle las gracias a Dios porque me mando un buen padre para mis hijos, el cual siempre estará ahí para cuando ellos tengan sed o simplemente cuando tengan alguien a quien admirar. David, gracias por ayudarme a construir mis sueños, no pude tener a mi lado a alguien más perfecto para mí. Gracias por ser el hombre que decidió amarme.


Si tienes alguien a quien amar, recuérdaselo a diario, compártele abrazos, besos, caricias, felicidad, sueños y perdón. Nunca sabemos cuándo será nuestro último beso; y lo más importante pregúntale cómo se siente amado, y si te responde “con cosquillas en la espalda”; hazlo todas las noches antes de dormir.




Mis  Garabatos
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Tres hombres, tres seres únicos e irrepetibles. Cada uno con una personalidad arrolladora.

Cuando teníamos solo a Pablo, creíamos que no podríamos amar igual, pero con la llegada de otros dos, entendimos que el amor sigue intacto por él.

Que Emilio y Joaquín; también tienen un lugar privilegiado en nuestros corazones, y que el amor es tan grande que se puede mil veces multiplicar, sumar, pero nunca dividir.

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